lunes, 7 de enero de 2008

Desdoblamiento Astral


Este fenómeno es conocido desde antígüo como bilocación, la facultad de estar presente en dos lugares a la vez y en el mismo tiempo. En la historia de algunos santos católicos, como San Francisco Javier, nos encontramos casos demostrativos.

Se desdobla aquel que sale su alma, o se proyecta, fuera del cuerpo (aunque sigue conectado a este) siempre en el mismo contexto de espacio-tiempo. Dicho de otra forma, el desdoblamiento se produce tanto en cuanto el sujeto sigue estando en su propio tiempo, si se desplaza fuera de ese contexto a otro espacio-tiempo ya estaríamos hablando de un viaje astral.


Sirva de ejemplo para entenderlo mejor: cuando se produce el fenómeno de salida del alma del cuerpo, si se comprueba de que se sigue estando en la habitación donde comenzamos la experiencia, podemos afirmar que se ha producido un desdoblamiento, sin embargo, si nos vemos en la Roma de los césares de hace dos mil años es obvio que se trata de un viaje astral.


Para evitar futuras confusiones, y habiendo reconocido ya que el cuerpo astral sirve como vehículo y soporte para el alma, nos referiremos siempre al cuerpo astral. Los desplazamientos de este por el espacio traen en consecuencia el conocimiento de una nueva óptica del conjunto que nos rodea.


No se debe confundir nunca el concepto de desdoblamiento con el de viaje psíquico, que es una forma de viaje telepático que tiene el individuo en trance profundo y que normalmente sirve para extraer visiones de lugares, personas y acontecimientos sin haber estado allí.


Tanto unos como otros experimentos no deben realizarlos aquellos que padezcan enfermedades del corazón de cualquier especie; tensión alta; cualquier seria afección de los nervios, sistema circulatorio o respiración. También aquellos que su estado emocional o psíquico lo desaconseje.



Proceso Técnico:


Las técnicas de autohipnosis suelen ser muy útiles para este tipo de experiencias, ahora, que si tenemos otros intereses se puede inducir a hipnosis a otro sujeto y probar con él . Ni decir tengo que quien no esté familiarizado con el mundo de la hipnosis procure realizar el experimento consigo mismo.


En primer lugar hemos de buscar el lugar donde realizar la experiencia. Para esto es recomendable, yo diría casi imprescindible, una ubicación tranquila y silenciosa, alejada del paso de personas que pudiesen interrumpir el ejercicio (cosa bastante fastidiada).


En segundo término, una vez logrado lo anterior, buscar una cama (o un colchón), algo donde podernos tumbar que no sea ni excesivamente blando ni duro. Aligerarnos de prendas que aprieten, mejor desnudos, y nada de llevar objetos metálicos encima tales como anillos, pendientes o colgantes. Ahora nos echamos tumbados mirando hacia arriba, de "supino", posición recto espalda. Los brazos extendidos a los lados y las piernas hay que colocarlas juntas, no se han de cruzar los brazos ni las piernas.


Lo tercero es la respiración. Es fundamental que sea rítmica, es decir establecer un patrón de respiración que nos permita realizar la experiencia sin estar al tanto detalles tales como la forma de respirar.


Se establece como bastante práctica la respiración en tres fases de llenado y vaciado. Explicado de la siguiente manera: (con los pulmones vacíos) llenar primeramente la cavidad inferior, es decir hinchar el estomago. A continuación la parte media, el pecho.


Para terminar con el llenado de los pulmones en su parte superior, subiendo los hombros. Guardar ese aire algunos segundos; expirar lenta pero totalmente hasta sentir los pulmones vacíos y aguantar unos segundos. Hecho esto volver a inspirar como antes he indicado, lograr una continuidad y buscar que este acto sea más bien mecánico, de manera que no se deba prestar más atención en él. Es tan importante el modo se respirar que baste decir que con él aceleramos la circulación sanguínea, fundamental motivo para que el cuerpo astral vibre y tenga la oportunidad de desprenderse.


El cuarto paso es la autosugestión. Nos debemos relajar, "dejarnos llevar... más todavía, más, más...descansa, descansa; no te preocupes por nada, déjate llevar...relaaajate". Algo así debemos pensar para relajarnos de nuestra tensión cotidiana; si nos concentramos en que "no debemos pensar en nada" será contraproducente, porque basta con pensar en ello para pensar que estamos pensando en ello, valga la redundancia.


Pasados "X" minutos (cada uno tiene que tomarse su tiempo) es harto probable sentir un hormigueo en algunas zonas del cuerpo, que se va extendiendo ocupando el resto. Ahora fijemos nuestra atención al movimiento interno del cuerpo astral. El aura está irradiando energía, el cuerpo astral vibra como un diapasón; es el momento de la salida.


Quinto paso la proyección. Queremos salir y somos conscientes que ahora es el momento. Aumenta la sensación de que nuestro cuerpo pesa mucho, más, más todavía, mientras que por otra parte notamos cierta ingravidez que nos impulsa en dirección superior. Es buena técnica la de buscar sentir o notar que crecemos por los pies primero, para luego hacerlo por la cabeza.


Parar. Volver a hacerlo. Parar. Ahora vamos a subir, subir, subir, ... Según tengamos la autentica sensación de proyección se debe intentar girar astralmente sobre uno mismo para quedarnos mirando al cuerpo. A nuestro cuerpo.


Ya estamos fuera del cuerpo, es posible que notemos algunas presencias más aparte de la nuestra; es normal. No hay que sobresaltarse. Siempre que queramos podemos regresar al cuerpo sin esfuerzo ninguno, es más, cuando llevemos un tiempo ejercitando nuestras proyecciones veremos que es más dificil mantenerse lejos del cuerpo, que cualquier idea nos lleva a él.



Sensaciones Extracorpóreas


Voy a enumerar algunas de las sensaciones que por experiencia sé que se pueden presentar:
Algunos objetos que conocemos por nuestra experiencia sensorial cotidiana se vuelven fluidos, pastosos.
Visiones e ilusiones ópticas de todo tipo; vemos gente, bosques, nubes, construcciones...
Sensaciones de tipo olfativo.


Olor a flores, rocío, aire puro, distintas fragancias y perfumes.
Impresiones táctiles de objetos y cosas totalmente imperceptibles para el sentido de la vista.


El sentimiento de conocer algunos lugares o personas, circunstancias y otros datos sin haberlos visto nunca, o sin tener conocimiento de su existencia.
Es recomendable llevar una especie de diario de abordo o libro de bitácora, y escribir en él nuestras experiencias extracorpóreas para ir depurando, y mejorando, día a día nuestros
conocimientos.



Preparación para el Desdoblamiento:


Le sugerimos concentrarse sobre un cono o una figura donde coexista la concentración y la expansión.


Frente a un espejo:
Concéntrese sobre su imágen, sin cerrar los ojos, justo hasta que comience a vacilar, siéntese confortablemente frente a su imágen, y continue fijándola y repita candenciosamente su nombre; haciendo conciliar su Yo con la imágen aparecida.


El Ambiente:


La humedad, el ruido, la luz artificial y el frío son enemigos empedernidos del cuerpo sutil, por lo tanto debe escojer un ambiente confortable y si es posible cargado de energías positivas y benéficas. Se recomienda ubicar la cabezera de la cama hacia el norte.


La Vestimenta:


La vestimenta debe ser confortable y calurosa. Durante el desdoblamiento, la tensión y la temperatura del cuerpo tienen tendencia a bajar. Al desdoblarse, se tendrá más frío que en las condiciones normales. No se deben usar cinturones, zapatos, ni objetos metálicos. Evite si es posible las coberturas.


Utilice textiles naturales como el lino, algodón, lana y colores relajantes como el blanco, azul o el violeta. Come una comida ligera y tome un baño de agua tibia con sal antes del desdoblamiento.


Características del personaje en el plano astral:


Cuando el individuo se desdobla, descubre un mundo nuevo donde no existen las leyes ni las perspectivas, donde podemos ver el interior y el exterior de las cosas, el recto y el verso, donde se puede penetrar en la oscuridad y donde los cuerpos muestran su estructura interna.


El aura, los colores, la energía vital que les anima, las formas son cambiantes fluidos. El individuo escucha los ruidos, las voces, los silbidos, la música, los infrasonidos y ultrasonidos que se les escapan por su naturaleza. Sus sensaciones táctiles son centuplicadas, totalmente interiorisadas.


El toca los olores y es torpe porque está ligado sensorialmente por su cordón a la materia, a su primer mundo aún cuando esté alejado. Atento, lúcido y observador; pero desconectado, el conoce por primera vez la claridad espiritual y la velocidad del pensamiento; que el tendrá la tendencia a olvidar como todo lo demás; cuando regrese a la materia.


Mientras tanto, el cuerpo físico queda en su estado de inmovilidad, frío y privado de sensaciones y de la conciencia que está transferida a los otros niveles.